"Un objetivo es una conveniencia pasajera. Una pasión es algo que nos sostiene y da sentido a nuestra existencia." (Joaquín Lorente)
AVISO: Las opiniones vertidas en este blog son de carácter personal, no representando las políticas oficiales ni son vinculantes para el Ayuntamiento de Madrid ni para el Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Madrid.



lunes, 12 de enero de 2015

RELIGIÓN ¿Y TRABAJO SOCIAL?

Tenía esta entrada pensada para otro momento, pero los atentados de Francia me han obligado a adelantarla y posponer otras. Lamentablemente, el 7 de enero, una banda terrorista, utilizando el nombre del  Islam, perpetró una matanza que nos costará olvidar en Europa. Las calles y los templos de todas las confesiones se han llenado de manifestaciones que invitan a que no se confunda religión con barbarie, y  han sido muchos/as compañeros/as de lo social los/las que han difundido en redes sociales "de lo social" -valga la redundancia- diversos enlaces en los que se informa sobre las diferencias entre musulmán, árabe, islámico e islamista y condenando actos que nada tienen que ver con la Religión. Parecería que el hecho religioso tiene algo que ver con lo nuestro.

Y pregunto: ¿es la singularidad religiosa un campo a abordar desde el Trabajo Social que desarrollamos en Servicios Sociales?


El tema de la Religión genera cierto debate entre profesionales de los Servicios Sociales: en ocasiones, desde el rechazo, la indiferencia, o bien el desconocimiento de las mismas. Especialmente lo que detecto es, o una gran confusión entre espiritualidad, religión, y prácticas religiosas (en el terreno del Islam, del del Cristianismo y del resto de confesiones), o un rechazo, principalmente contra el Catolicismo debido, en parte, a un pasado de nexo entre Estado e Iglesia Católica cuyos flecos aún están sueltos.

Lo que sí tengo claro, es que es un tema que genera controversia, y en Servicios Sociales, también, si bien, como parte de la Administración deben actuar de manera neutral confesionalmente hablando.

Sin embargo, el pluralismo religioso está creciendo en nuestro país: el dato de las casi 3000 entidades religiosas inscritas en el correspondiente registro del Ministerio de Justicia, o los más de 6000 templos no Católicos en España, dan fe de ello.

Bien: a nadie se nos escapa que el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo hunde sus raíces en el concepto religioso de la propia vida; de igual forma, hay otros debates como el uso en los centros públicos (Servicios Sociales incluidos) de determinadas prendas (conflictos en los que practicas culturales se revisten de lo religioso, y que en ocasiones se manipulan y sobredimensionan intencionadamente), o el caso de determinadas prácticas religiosas (alimentación, servicios funerarios, etc.)  que, de vez en cuando, salpican la actualidad social. Incluso es innegable que existen cuestiones más de fondo en cuanto a la manera de concebir la vida o comportarse que están relacionadas con las confesiones religiosas. En definitiva: la dimensión espiritual y religiosa está presente, en nuestras vidas (por acción u omisión), y en las de las personas a las que atendemos. Nos guste, o no (en esto, cada uno/a...).

Si defendemos el abordaje integral, tanto de la persona, como de la comunidad ¿no deberíamos aparcar nuestros criterios y acercarnos a este asunto -profesionalmente hablado, claro-? Por supuesto, respetar no significa tolerar todo: existen prácticas intolerables: la discriminación de la mujer es una de ellas.

Como trabajador social, creo que la respuesta a la pregunta es SI. Y lo justificaré, pero invitándoos a que leáis al menos las 3 hojas (sí solo 3- páginas 95 a 97) que abordan este tema en el "Manual para la gestión municipal de la diversidad religiosa" que podéis >DESCARGAR AQUÍ editado por el Observatorio del pluralismo religioso en España y que he conocido gracias al gran trabajo de la Fundación Pluralismo y Convivencia (por curiosidad, mirad el directorio de lugares de culto>AQUI). A lo que voy: 
  • Desde el trabajo individual y grupal, conocer los parámetros y dimensiones que afectan a la vida de las personas a las que atendemos es fundamental: nuestros usuarios/as y la sociedad están influidas por las religiones y sus prácticas, desde el católico, hasta el protestante o el musulmán.
  • Desde lo comunitario, sería impensable realizar una labor de mediación en barrios como Lavapiés (Madrid), Eixample, Ciutat Vella (Barcelona) o en otros, sin  tener en cuenta la diversidad religiosa. 
  • Desde el terreno de las ayudas sociales: ¿a alguien se le escapa la acción social que realizan las diferentes confesiones? ¿nos reuniríamos con Cáritas pero no con la "pata social" de la Iglesia Adventista o Evangélica del barrio? (yo conozco a muchas personas "de Philadelphia"). 
En definitiva: creo que deben articularse mecanismos de participación de las iglesias (de todas) en el tejido asociativo  que a veces se estimulan desde los Servicios Sociales, como agentes que son, y, los profesionales deberíamos acercarnos a esto de la singularidad religiosa.

Vamos, que igual tenemos algo o mucho que decir. Quizá hasta podemos sacar algo positivo de esta locura. Pero lo primero debería ser conocer la singularidad religiosa, cosa de la que pecamos -je- en Servicios Sociales: creo que es una herramienta que tendríamos que explorar. Igual hasta podemos poner nuestro granito de arena para que a nadie, nunca más, se le ocurra anteponer sus principios (o apropiarse de lo que no es suyo) a la vida de los demás y contribuir a que no se tengan que vivir matanzas como las de París, Nigeria, Irak o Palestina.

Nacho

Hoy recomendaré una que me ha aconsejado un gran amigo: es de Jorge Drexler. Milonga del Moro Judío"no hay piedra en el mundo que valga lo que una piedra". Muy buena.

1 comentario:

  1. Me pareció muy interesante este blog, el cual nos brinda las pautas para poder desempeñarnos en el trabajo de forma ideal y poder llevar a cabo todas nuestras actividades.

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